Y hay un enorme pino al frente. Salgo al patio y escucho muchas aves cantando. Las busco pero no logro verlas. Y voy al frente de la casa y del pino oigo lo mismo. ¡Cuántas veces la vida canta alrededor nuestro y no vemos al autor de la melodia!.Estamos tan ocupados en nuestros pequeños mundos sin percibir que la vida es mucho más que nuestras circunstancias particulares. ¡Claro, entiendo que esas circunstancias las sentimos muy ccerca!. Aún así, pienso que es necesario abrirnos a lo que nos rodea, oir la canción aunque no veamos al que canta. Y quizás, posíblemente, muy ciértamente podríamos comenzar a vivir y disfrutar de lo que se nos ofrece sin saber de dónde viene pero que está ahí. ¿Será esto lo que llamamos gracia?. No se, pero se que siente muy bien....
Sensei Myriam
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