Las artes marciales son ricas en rituales y formas externas de comportamiento. Estas formas tienen una razón de ser. Cuando entramos a un dojo son estos rituales y formas de comportamiento dentro de la escuela lo que crea un ambiente y espacio diferente al de la rutina de nuestro diario vivir. Recuerdo las palabras de un sempai en mi primer dia de clase en el arte. Me decía él que cuando uno subía la escalera al dojo ese era un espacio y cuando uno entraba al dojo este era otro espacio. Señalaba él la diferencia porque se esperaban cosas diferente en cada uno de ellos. Cuando entramos al dojo seguimos estando en Puerto Rico, una isla en el Caribe. Sin embargo, ese lugar por ese momento ha sido separado con una función en particular. Y los que allí se reunen, lo hacen para una actividad particular a la cual han decidido separar ese tiempo y espacio. ¿Los rituales y la etiqueta que allí se observa por un momento particular son manifestaciones externas de qué?. Son la expresión externa de una actitud interior. Cuando esta actitud no está presente vemos la forma externa como meras afectaciones. Y no es este el propósito de ellas. No es simular respeto... es tener respeto. No es simular control y disciplina... es tener control y disciplina. No es simular que valoramos y respetamos el esfuerzo de nuestros compañeros... Es que en verdad le damos valor al esfuerzo de todos los que participan de lo que en ese espacio, por ese momento ocurre....(continuará).
Sensei Myriam
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