viernes, 1 de julio de 2005

Hablando la verdad ...con honestidad

No voy a rehuir de mi responsabilidad de hacer el trabajo que me corresponde. Sólo puedo hacerlo parada firme en lo que creo que es mi verdad. Y esta verdad tiene que ser honesta. No puede ser sólo una máscara de apariencia. La honestidad le añade a la verda esa característica maravillosa que es la integridad. La integridad habla de ser completos en nosotros mismos. De caminar y vivir lo que hablamos. Debe haber congruencia entre lo que hablo y lo que vivo. Debo aprender a integrar todas esas partes de lo que soy. Aún las áreas oscuras de mi misma. Aquellas que no publico pero que soy también yo. Estoy profundamente convencida de que somos luz y somos también sombra. No me engaño con respecto a ésto. No necesito pretender lo que no soy frente a mis estudiantes. Estoy aprendiendo a mantener el balance de esa tensión de los opuestos en mi. Y esto me completa. No me hace ni "buena" ni "mala". Sólo me hace ser yo y nada más.

Hay momentos en que necesitamos hablar la verdad, nuestra verdad. Mi verdad no es necesáriamente tu verdad. He conversado antes contigo el hecho de que nuestras percepciones le dan color a lo que vemos y sentimos. Aún así, y aceptando la realidad de nuestras percepciones, necesitamos hablar nuestra verdad en la mejor forma en que podamos hacerlo. Y esto comienza siendo honestos con nosotros mismos. Por mucho tiempo escuché un diálogo contínuo en mi mente que me decía cuán feliz yo sería si "esto o lo otro" cambiara. Que mi vida, entonces sería perfecta. Pero, estaba equivocada. Primero, la vida en si no es perfecta. Y segundo, para cambiar mi vida a una más feliz sólo puedo cambiar una sóla cosa y es a mi. Entendiendo ésto soy brutálmente honesta conmigo misma. Y luego hablo. No soy perfecta, ¿quién lo es?. Sólo puedo ser perfectamente yo y nada más. Y desde aquí hablar mi verdad en la mejor forma en que la entiendo. Mi primera y mayor responsabilidad es con mi verdad. Yo no puedo defender tu verdad. Como no puedo ni debo pre juzgarte. Intento ponerme tus zapatos por un momento. Trato de ver las cosas como tu las ves. Pero, aún así, nunca será posible que sienta como tu sientes. Puedo acercarme pero nunca será igual. Hay unos aspectos comunes en la experiencia de ser humanos que nos ayuda a lograr empatía. Pero, sólo puedo acercarme un poco a lo que de verdad sientes. Y se que puedes pensar que tu o algún otro hubiera hecho las cosas diferentes. Pero, esa es tu verdad y no la mía. Como maestra he tenido que tratar cosas duras con mis estudiantes. He tenido que tomar decisiones difíciles. Y habrán muchas otras que hablar, que decidir y situaciones que atender. Ese es mi trabajo.

Al hacer mi trabajo confieso que no lo se todo. Y me siento tan libre reconociéndolo. Es más fácil ser genuinamente yo y estar en el presente. De esta forma puedo manejar toda situación sin necesitar
aparentar ser una "experta". Sólo con estar en el presente las soluciones y respuestas necesarias para cada momento pueden ser vistas. Pueden ser sentidas....

Sensei Myriam

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