Si, muy extraña esta sensación de no estar atada a nada. No estar investida o invertida en resultado alguno de lo que hago. Y si como no, como tampoco de lo que dejo de hacer. Confieso que me asusta, es terreno desconocido. Es una nueva dirección, una nueva forma de hacer. Y todavía más, de no hacer. Mis pasos comienzan a sentir una irrestricción, palabra nueva esta, no hay límites. Y no los hay porque no hay culpa, obligación ni compromiso como no sea con el momento presente. Y no hay culpa porque nada espero ni se debe esperar de mi.
Misterioso y singular este momento que comienzo a vivir sin entender. Se me escapa la completa realización y sin embargo, intuyo muy adentro de lo que se trata. Se abren puertas, ventanas y cercas a lo que es posible y quien sabe si a lo que pensaba imposible. Y no depende de mi como tampoco yo dependo de lo que ahora desconozco. Y me quedo quieta. Nada se fuerza. Y todo es.
mcr
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