Práctica, práctica, práctica. Este es el secreto.
No hay nada más. Una mente abierta a la enseñanza y un corazón dispuesto.
El maestro y los estudiantes se inclinan hacia el shomen al comenzar la clase. Luego el maestro se gira hacia los estudiantes y se inclinan en señal de respeto. El maestro enseña pero también aprende de sus estudiantes.
No hay técnicas secretas. No hay magia o enseñanzas esotéricas. Pero, si hay una lección que requiere mucho trabajo y dedicación. Y es el aprendizaje del respeto mútuo. ¡Cuanta falta nos hace este entrenamiento particular en el mundo de las artes marciales!
El respeto no depende de cuán alto sea mi o tu rango. No depende de cuán fuerte seas en relación a tu compañero de práctica. No depende de cuán efectiva sea tu técnica o cuán impresionante sea tu ukemi. Es algo que nace del carácter y la autodisciplina.
Recuerda que en Aikido, todo comienza y termina con "rei". Práctica, práctica, práctica ... también se necesita para aprender y experimentar el respeto genuino detrás de las artes marciales.
mcr
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