lunes, 31 de enero de 2005

Defensa personal...(2)

He estado buscando en muchos lugares alguna referencia que me ayude a tratar este tema con ustedes. He conversado también con con una amiga maestra en un arte más fuerte que el Aikido acerca del mismo tema. Y aún, mi alma no se siente cómoda en lo que quiero expresar. Me pregunto si será porque en mi historia como practicante de un arte marcial no he tenido que usarlo. Y podría quedarme la duda de si podría defenderme efectívamente. Sin embargo, cuando veo hacía atrás mo-mentos específicos he aplicado lo que he aprendido sin tener que levantar una mano. Cuando detecto una situación comprometedora, cuando preveo un lugar con potencial peligroso, cuando se me quiere intimidar con la actitud machista de fuerza y me mantengo en mi lugar como maestra sin ceder un ápice del terreno que con esfuerzo y sacrificio he tomado como mio. ¿Por qué es ésto defensa personal?. Para contestar esta pregunta tenemos que de alguna forma acordar qué definimos como defensa personal.

Para hablar de personal hay que delimitar unos límites o "boundaries". Ese punto dentro del cual yo como persona me siento segura o protegida. Todos nosotros de una u otra forma establecemos límites. Unos más saludáblemente que otros. Estamos acostumbrados a ver la defensa de esos límites en forma física pero, la agresión no es siempre física. Esta visión de ver la defensa personal en forma física y nada más es una visión corta de la realidad. A veces se nos ataca verbálmente, con gestos o miradas, insinuaciones, con actitudes... En otras ocasiones se nos ataca con un puño o un golpe. Con mano vacía o un instrumento que puede ir desde un cuchillo, navaja, palo o tubo o un arma de fuego. Muchos buscan las artes marciales como instrumento contra esa agresión física pero no prestan atención a la parte más importante que envuelve la actitud y el corazón. Algunos buscan la apariencia de... y no la raiz de la violencia y la defensa.

Se me ocurre preguntar, ¿cómo mido cuán eficaz soy para defenderme?. ¿Por los cuerpos lastimados y vencidos en el suelo de aquellos con los que me he enfrentado?. ¿Los codos y narices rotas?. ¿El promedio entre enfrentamientos y cuántas veces terminé en pie como vencedor?.

Han habido muchas guerras y conflictos a través de la historia, ¿cuántos soldados, hombres, mujeres, niños han muerto en cada una de ellas?. ¿A qué le llamos vencedor?. ¿Cuál es la verdadera victoria?. ¿Cuál es el verdadero conflicto?. ¿Cuél y como es la verdadera defensa?.

Se me ocurre pensar en la posibilidad de un arte marcial que maneja el conflicto en forma diferente. En un artista marcial que se entrena para vencer al agresor que habita en cada uno de nosotros. Un
guerrero que sabe usar la palabra como su primera arma y el corazón como escudo contra cualquier ataque. ¿Y qué de sus manos?. Entrenadas para sanar y no para lastimar.

Sensei Myriam


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