¡Cuán obstinados somos cuando intentamos imponer nuestra percepción de las cosas a los que nos rodean!. En ocasiones yo me he encontrado en esta situación y respiro profundo y recamino mis pasos. En otras ocasiones me he sentido "débil" cuando aplicando ciertas verdades que he aprendido a lo largo del camino de mis años le doy peso a las diferentes percepciones de los que me rodean. He llegado a pensar que "debo" ser como tal y cual. "Debo ser" más fuerte y estricta. "Debo esto", "debo lo otro". Y al fin de cuentas me doy cuenta que es el cuento de nunca acabar en mi mente que nunca se conforma o satisface con lo que es y busca siempre ser algo o alguien más de lo que es. Pero, regreso al camino que marcan mis pies. Y llevando mi propio peso regreso a quien soy. Y continuo caminando....y es la firmeza de cada paso en mi camino lo que me dice que está bien ser quien soy. Que no es ni fuerte ni débil. Que no es ni estricta o condecendiente. Esas son sólo palabras y figuraciones de nuestra mente. Lo importante está aquí y en el ahora. Lo demás es sólo un cuento con el que nuestra mente se entretiene. Y el cuentista está siempre hablando y cavilando.
Ooppss, ahí va el cuentista de nuevo... ¡a caminar!.
Sensei Myriam
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