Escribí hace un tiempo atrás una cita que decía que un resultado de seguir caminando es encontrarnos a nosotros mismos. Y podrías preguntar, ¿y qué pasa si no encuentro nada?. ¿Si no me encuentro a mi misma?. Esto no es posible. Día a día la verdad está siempre ahí, frente a nosotros para ser vista. No necesitamos ir a un guru o maestro espiritual para que nos traiga la verdad. Siempre ha estado ahí. La razón de no verla es que no abrimos los ojos. Tapamos nuestra cara con las manos y creemos que con esta acción la verdad de nuestras vidas se esfumó. Tus relaciones, tus situaciones, tus circunstancias son la verdad de tu vida. Ellas hablan de ti y de mi más poderosamen-te más que ninguna otra cosa. Pregúntate, ¿cuáles son los patrones o ciclos de tu vida?. ¿Cuáles son los ciclos que se repiten una y otra vez?. ¿Qué experiencias se repiten con actores secundarios diferentes?. Porque has de saber que tu eres el protagonista de la historia de tu vida. Y si te detienes por un momento a abrir tus ojos y ver... te darás cuenta del patrón que sólo tu tienes el poder de cambiar. Las caras cambian pero la única constante de tu vida eres tu. Un maestro puede llegar a nuestra vida pero su función no es la de decirnos "esta es la verdad" ... Su función más bien es la de ayudarnos a abrir los ojos a lo que siempre ha sido. Quizás es una palabra la que nos dice y de pronto como si despertáramos de un sueño comenzamos a ver. O quizás nos confronta y no nos pasa la mano y lo que nos dice nos choca o impresiona como un bofetón en la cara. Y al fín abrimos
la conciencia para empezar a entender. Soy yo la que tiene que abrir los ojos. Soy yo la que tiene que despertar. Después de todo es mi verdad.
Sensei Myriam
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