Es lo que es, y nada más. En mi vida la aceptación de esta verdad se ha convertido en asunto de vida o muerte. Aceptar lo que es sin la carga de lo que se espera, sin la desilusión de lo que no fue, es el secreto de yo poder vivir una vida plena y abundante. Resumida en una palabra, una vida feliz. Esta aquiescencia y conformidad de ninguna manera significa la conformidad del que capitula porque no aspira a nada más. Muy por el contrario, aunque sí es rendición, es la entrega a una meta más alta. No a la ilusión de un ideal que siempre está en movimiento porque es inalcanzable. Es la licencia a entendernos completos no por lo que hagamos o dejemos de hacer, lo que sintamos o dejemos de sentir, lo que poseamos o dejemos de poseer; es por haber llegado al entendimiento y a la comprensión de que a lo que es no hay nada más que añadir porque ya en si está completo.
mcr
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