Este espacio para cometer errores es indispensable para el proceso de aprendizaje. Cuando éramos infantes, en ese primer año de vida, en nuestro desarrollo intentamos pararnos muchas veces y nos caíamos. ¿Detuvo esa caida nuestro aprendizaje?. Nos levantábamos una y otra vez. Primero agarrados de la cuna y de todo objeto que nos rodeaba hasta que dominamos la destreza de pararnos. Luego, se nos hacía pequeña la cuna o el área restringida de los objetos conocidos de los que nos apoyábamos e intentamos dar nuestros primeros pasos sin sujetarnos de algo. Y fueron muchas las caidas. Persistimos en nuestro empeño hasta que logramos aprender a caminar por nuestra propia cuenta. Y luego aprendimos a saltar y a correr. Nuestras caidas en este proceso no fueron vistas como fracasos o errores. Eran vistas como parte del mismo proceso de aprendizaje. ¿Cuándo comenzó la visión crítica que nos juzga como fracasados y defectuosos al equivocarnos?. Es cuando nuestra mente empieza a desarrollar la destreza crítica de evaluarlo y compararlo todo contra un "ideal" de lo que "debe o no debe" ser. Cuando empiezan nuestras funciones mentales a tener preponderancia sobre lo que es la emoción y lo que son nuestros cuerpos. Cuando nos dicotomizamos en mente y cuerpo, juzgando como inferior uno y superior el otro. En ese momento comienzan los juicios y las sentencias. Y termina el verdadero aprendizaje.... (continuará).
Sensei Myriam
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