Estas crónicas de mujeres comenzaron años antes de ser yo un yudansha. Eramos un grupo de mujeres que nos reuniamos los miércoles en la Clase de Damas. Entrenábamos y conversábamos de nuestras inquietudes. Compartimos nuestros sentimientos.
Hoy volvimos a reunirnos un grupo de mujeres. Y volvimos a compartir. A conversar. A expresar nuestras inquietudes y dudas. Es necesario contar nuestra historia. Si no lo hacemos nosotras por nosotras, nadie lo hará. Es necesario que se escuche nuestra voz. No sólo por nosotras mismas sino por ellos también. Han caido en la trampa de una vida a medias. Donde sólo es razón y nada de corazón. Por nosotras primero, pero también por ellos nuestra historia tiene que contarse. Como la ven nuestros ojos sin las proyecciones que depositan sobre nuestros hombros. 'Crónicas de mujeres"... si, ¿y por qué no?. Sin verguenza ni ese sentido de que estamos defectuosas. Por el contrario, porque somos lo que hace falta para sanar. Porque la historia sin nosotras está incompleta. Porque no basta que sean otros quienes nos interpreten y describan. Por que es ya tiempo de que se escuche nuestra voz... y se conozca nuestra historia.
Hoy volvimos a reunirnos un grupo de mujeres. Y volvimos a compartir. A conversar. A expresar nuestras inquietudes y dudas. Es necesario contar nuestra historia. Si no lo hacemos nosotras por nosotras, nadie lo hará. Es necesario que se escuche nuestra voz. No sólo por nosotras mismas sino por ellos también. Han caido en la trampa de una vida a medias. Donde sólo es razón y nada de corazón. Por nosotras primero, pero también por ellos nuestra historia tiene que contarse. Como la ven nuestros ojos sin las proyecciones que depositan sobre nuestros hombros. 'Crónicas de mujeres"... si, ¿y por qué no?. Sin verguenza ni ese sentido de que estamos defectuosas. Por el contrario, porque somos lo que hace falta para sanar. Porque la historia sin nosotras está incompleta. Porque no basta que sean otros quienes nos interpreten y describan. Por que es ya tiempo de que se escuche nuestra voz... y se conozca nuestra historia.
Las futuras generaciones de mujeres lo necesitan.... Las futuras generaciones de hombres lo necesitan aún más.
Sensei Myriam
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