Ayer no pude sentarme a escribir pues desde muy temprano estaba en la calle camino al aeropuerto, camino a su vez a casa. Llegué a las tres y en lo que me recogían y el camino por el expreso y el camino de la playa llegué a las 5 y algo. Me acosté y estuve durmiendo hasta hoy. Si, definitívamente no estoy tan joven para estos ajetreos. Ya hoy estoy arriba y trabajando en los últimos detalles de la mudanza. Mañana vienen a recogerla para enviarla a lo que será mi nuevo hogar.
Esto de la mudanza es un proceso de cerrar no sólo cajas con cosas sino capítulos con experiencias. Unos capítulos se cierran para dar comienzo a otros. Es una verdadera aventura. Y lo más importante es que me encuentre lista para ello. Veamos, ¿estoy lista?. Hmmm, si estar lista es saber que no importa lo que la vida lance en mi dirección voy a poder manejarlo, creo que si. No hay forma de predecir lo que va a suceder. No tengo garantías de que lo que vaya a pasar o si será todo bueno. Es más, en la vida hay de todo, lo fácil y lo no tan fácil. Pero, la pregunta es, ¿podré manejarlo?. La respuesta es si.
Hay una cita que dice que sólo cuando no tenemos miedo es que somos capaces de vivir. Y yo añado, líbremente. Otra cosa que he aprendido de este fin de semana es que no importa lo que pase sigo viviendo. ¿Te das cuenta de la gran libertad que se puede sentir cuando uno empieza a entender la verdad de que no importa lo que suceda seguimos viviendo?. Este capítulo que se cierra me está otorgando un don maravilloso, ¿Cuál?. El de la libertad...
Sensei Myriam
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