¿Qué tienen que ver el hombro, el costado, la rodilla y la parte interna del muslo con el ukemi?. Pronto lo sabrás...
Olvidé mencionar la cara. Todos estos son partes de mi cuerpo que me lastimé en el proceso de aprender a caer y rodar. Pero, el que más sufría era el ego y el orgullo propio. Defínitivamente tenía que estar loca para estar haciendo ésto. ¿Qué impulsaba
a una mujer de sobre 40 años a salir de su trabajo y dirigirse al dojo?. Para sentirse muchas veces torpe y torpísima... Había algo dentro de mi que me impulsaba a ir una y otra vez. A no darme por vencida. Había comenzado a hacer Aikido para conectarme conmigo misma y no lo iba a dejar a mitad. No fue fácil. Un día, sin darme cuenta se nos demostró una forma de rodar donde iba de un lado para otro de forma corrida. Y me preparé para hacerlo. ¡Cuál no fue mi sorpresa cuando lo logré!. Al fin veía el fruto de mi esfuerzo. Poco a poco comenzaba a entender cómo era que iba la cosa esta de rodar y caer. Me quedaban aún algunos aterrizajes forzosos pero cada vez eran menos...
Sensei Myriam
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