En varias ocasiones he compartido que el dojo es el micro del macrocosmo que nos rodea. ¿A qué me refiero?. En el dojo vivimos en menor escala lo que es nuestra vida en general. Si no me crees, observa tu forma de reaccionar a los diversos estímulos y compáralos con lo que vives fuera del mat. Observarás que son semejantes. Tenemos en el Aikido un instrumento excelente para trabajar... con nosotros mismos. O dicho de otra forma nuestro enemigo en el mat...somos nosotros mismos.
Les comentaba anteriormente que el trabajo del dojo, y la dinámica de hacer de mi el punto de referencia se dejó sentir en todos los aspectos de mi vida. Ante la realidad de intentar hacer Aikido a la forma de otros, y de no lograrlo, renunciar. O de encontrarme a mi misma en el arte, y continuar practicándolo, decidí por la segunda. Una pregunta asaltó mi mente...
¿Y qué de la relación sensei/estudiante?. En condiciones ideales el maestro debería entender las fortalezas y debilidades de cada individuo. Y asistir al estudiante a fortalecer unas y resolver posítivamente las otras. Pero, claro el mundo esta lejos de ser ideal.
Podemos también, aceptar el hecho de que nuestro maestro podría estar en su propio proceso de crecimiento, lo cual añade complejidad a toda
la relación sensei/maestro. El arte mismo me dio la respuesta... Aikido habla de armonizar. Y armonía lleva implícito la idea del conflicto. Decidí abrir un archivo nuevo dentro de mi: Mi maestro Interior. Cuando en el dojo se enseñaba algo entraba en el archivo Maestro exterior, y me esforzaba por hacerlo lo mejor posible dentro de mis limitaciones. Si algo no me funcionaba a mi tal y como se enseñó no lo desechaba, abría el otro archivo (Mi Maestro Interior) y
buscaba el portafolio con el subtítulo: "Formas alternas de hacer la técnica". ¿A quién era leal?. Al arte del Aikido que hace el llamado de armonizar. No todos podemos ser iguales. No estamos llamados a hacer las cosas de la misma forma. No podemos siempre hacerlo igual. Pero, si podemos siempre intentar armonizar. Así que como ven en medio del caos que
pudiera sentir en medio del entrenamiento podía mantener todo en perspectiva. Mi punto de referencia estaba ahí...Aikido habla de centro y de firmeza(grounding) y yo al fín empezaba a descubrir el mio.
Sensei Myriam
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