Siempre que veo a los más jóvenes hacer sus caidas y ukemi me maravillo de sus destrezas.Y me he preguntado en varias ocasiones cuán capaces son de sentir empatía por el que carece de sus mismas habilidades y/o destrezas. Recuerdo una tarde que dos estudiantes avanzados me ayudaban a desarrollar mi ukemi. Me dieron instrucciones de cómo acomodar mi cuerpo y lo demostraron para que yo viera lo que debía hacer. Al intentarlo... ¡PAMMM!!! ( el primer intento), ¡PACAPAMM!!! ( el segundo). ¡PRACAM!!! (el tercero). Ya en el cuarto intento hubo... otro ¡PAMM!!!, con un quedo "¡Ouchhh!", dentro de mi. Nuévamente otro grupo de instrucciones con demostración de cómo se hace. Y otra vez a intentarlo... ¡PAMMMM!!!, en los intentos subsiguientes. Estuvimos haciendo ésto por espacio de 35 a 40 minutos. En medio de uno de mis intentos los vi sentados en el mat conversando entre ellos con un leve gesto de frustración... Me detuve y sonriéndoles les dije: " ¿Como los tengo cansados ah?". Esta experiencia me ayudó a entender algo muy importante acerca del ukemi y lo que sería mi vida en el Aikido...
Sensei Myriam
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