martes, 10 de agosto de 2004

Cuando lo ordinario es extraordinario....

Nos levantamos como todas las mañanas. Quizás hemos soñado pero... no recordamos qué soñamos. Nos aseamos. Tomamos nuestro café y desayunamos. Nos dirigimos al trabajo, la escuela o símplemente nos quedamos en la casa realizando nuestras tareas de todos los días. Luego de un día de trabajo nos dirigimos nuévamente al hogar. Cenamos o hacemos una merienda para prepararnos e ir al dojo. Puesto el gi nos dirigimos al dojo. Un poco de conversación con los compañeros...o entrenamos con alguien intentando aclarar alguna duda de las técnica del próximo ekamen. Llaman a seiza y saludamos. Y a entrenar... Poco a poco vamos aprendiendo y entendiendo más del arte.

Sensei Myriam

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