viernes, 24 de diciembre de 2004

Ciclos....

Un veinticuatro de diciembre más. Pero, si parece que fuera sólo hace un poco de tiempo que estábamos aquí. Con las trullas y los aguinaldos de navidad. La vida está llena de ciclos. Estos antes eran determinados por los ciclos de la luna. El primero, día y noche. Luego, luna llena, nueva, cuarto menguante y cuarto creciente. A base de estos ciclos el agricultor programaba sus siembras para así obtener sus mejores resultados. Luego primavera, verano, otoño e invierno. Ciclos que se repetían y con los cuales se programaban las actividades familiares y sociales, culturales y políticas. Era todo más... orgánico. Ahora, es todo algo diferente. Aunque estos ciclos están presentes, los avances de la tecnología que nos permite movernos de un pais a otro, controlar el ambiente en nichos cerrados y hasta manipular la genética de las siembras vivimos en otro tipo de ciclos. El lunes comienza el día de devolver los regalos que no nos gustan o no se ajustaron a nuestro "size", o no prendió el motor de la bestia mecánica del momento... Luego el año se acaba y hay que celebrar el paso artificial de un 2004 a un 2005. Luego en Puerto Rico vienen las Fiestas de Reyes con más compras. Y no pasa una semana y ya están los lindos corazoncitos de un tal santo Valentín. No pasa una semana y ya estamos en el único día de las madres y varios meses más el de los padres. Y en ese día hablamos y reconocemos su gran labor aunque durante el resto del año ni nos acordamos que están en el asilo o deambulando por las calles. Y así estos ciclos del comercio continuan con los dia de ésto y de lo otro con sus consabidas cintitas de colores en la solapa o el pecho o el brazo. Y ee ese único día donde
sentimos el dolor de un "otro" en particular. ¿Y Luego?. A seguir el ciclo y quizás ya vamos por octu-bre donde nos damos el permiso de ser otra cosa al disfrazarnos. Luego le sigue el pavo, y al supermercado. Y ya a la semana volvemos a donde estamos hoy... Me he saltado algunas otras celebraciones y/o rituales... ¿Es que no es importante lo que se celebra en cada momento? .¡Claro que si! Mi única objeción es la superficialidad con que se celebra. Carece del trabajo diario que le daría un sabor diferente. Hoy mucha gente celebra con grandes cenas y regalos y sin embargo, hay tanto deambulante en nuestras calles. Bueno, no quiero dañarles las fiestas... Pero, no nos haría mal dar un poco de pensamiento a ésto. ¿Qué les parece?.

Sensei Myriam

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