sábado, 26 de marzo de 2005

El Sendero Marcial ...(4)

En estos tiempos que vivimos nos envuelve la prisa de ir hacia adelante, y con prisa. Nos parece que no hay tiempo para nada y que el tiempo pasa cada vez con más rapidez delante de nuestros ojos. Siempre miramos al frente bnuscando nuevas sensaciones y cosas cada vez más excitantes. Y esto se debe a que nuestra vida se ha convertido en algo demasiado cómodo. La tecnología ha puesto casi todo al alcance de nuestras manos y no tenemos que pasar trabajo para prácticamente nada. Todo se nos entrega casi hecho y hay una carencia de particularidad. Envueltos de este culto a la comodidad carecemos del deseo y la inquietud por los retos. De lo diferente, de lo que nos haga ser diferentes y si, por qué no decirlo...extraordinarios.

El Sendero Marcial nos provee de un excelente terreno donde podemos cambiar la forma en que vivimos y vemos el mundo que nos rodea. Ciértamente, no vivimos en la época feudal japonesa donde los samurai eran una clase privilegiada. Y mucho menos somos de origen oriental o descendientes de alguna noble familia. Sin embargo, pienso que hay nobleza en cada uno de los seres que habitan este planeta. La clave es que unos la cultivan y otros no. Muchos descendientes de los samurai cuando éstos fueron desligados y separados de sus posiciones por decreto no abandonaron el espíritu de nobleza que poseían. Estos siguieron entrenando y viviendo de acuerdo al llamado interior a ser extraordinarios. Aún en época de paz cultivaban el espíritu del guerrero. Desarrollaban la nobleza interior del carácter. De la misma forma nosotros podemos decidir seguir el mismo sendero. Vivir y actuar, trabajar y luchar por que nuestras vidas sean más. Y para ésto no tengo que ir a una guerra al exterior. Hay muchas batallas más cercanas a nosotros.

Si, hace falta despertar el interés por lo que es el Sendero Marcial. No es sólo practicar un arte marcial. Muchos lo hacen como deporte. Otros como parte de su trabajo. Otros como un mero pasatiempo. Esto no es suficiente. Es dejarnos formar por él. No por la caricatura que las películas nos muestran de estas artes. El Aikido nos escoge me dijo una vez mi maestra. No es yo hacer Aikido o el arte marcial en que entrenes. Es que el arte me haga a mi. Y hay una gran diferencia entre ambas expresiones. La sociedad en general y nosotros en particular tenemos mucho que ganar si le damos una oportunidad a las artes marciales. Conceptos como el honor, la integridad, la lealtad, la justicia podrían empezar a manifestarse más que su contraparte del deshonor, la falsedad, la jaibería o deslealtad y la injusticia de la cual oimos todos los días por los medios noticiosos.

Todos somos nobles de nacimiento... ¿estaremos dispuestos también a convertirnos en guerreros?.

Sensei Myriam

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