jueves, 28 de noviembre de 2013

Mi aikido ...

Si mio. Y de nadie más. Contiene la suma de una vida de experiencias y obstáculos superados. Porque no fue fácil. Muchos retos encontré en mi camino y el amor por el arte me enseñó  cómo superarlos.

Tuve maestros, muchos. Algunos dentro del mat y otros afuera. Mi maestra y otros me enseñaron los aspectos técnicos del arte. Poco a poco me fui formando y aprendiendo. Aprendí a hacer la diferencia entre la técnica y el arte, porque hay diferencia entre uno y el otro. Aiki-jujutsu y Aikido no son la misma cosa. 

La técnica es el instrumento, la práctica diaria es el sendero que nos lleva a encontrarnos a nosotros mismos dentro del arte. Y no sólo dentro del arte, sino dentro de la vida misma fuera del mat. Aikido no es genérico. No es sólo para jóvenes y fuertes. Es para todos. Mi labor es encontrarme a mi misma, lo mejor y lo peor de mi. Enfrentar todo lo que soy. Mis fortalezas y debilidades. Y pasar al otro lado más conciente de lo que aún me falta por realizar. 

Mi Aikido, eso es lo que practico y enseño.

mcr


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