viernes, 15 de octubre de 2004

Sentada... respiro...

Quito los muebles de la oficina. Ahora no soy pediatra. Me preparo para ser... maestra de Aikido. Empiezo a sacar los mats para acomodarlos para la clase. Uno a uno, al lado y muy pegaditos. Que no haya espacio entre ellos para no lastimarnos los dedos. Todos están colocados. Arreglo el área de las armas y acomodo las plantas detrás de ellas. Busco los cojines y ordeno uno al lado del otro. Y otros al frente de los ya colocados. Enciendo el incienso... Llegan los estudiantes y nos sentamos a respirar. Comenzamos... respirando. Los pensamientos se quieren imponer. Pero, el cuerpo está quieto. Uno resalta... orgullo... "guillua". "¿Por qué, si sólo estoy sentada?". " Si no estoy haciendo nada. Sólo estoy sentada respirando". El ego se quiere imponer aún en la quietud. Se resiste a dejar de ser. A que no se le de espacio para hacer. No me muevo. Lo sigo observando en su lucha para afirmar su realidad. Respiro. inhalo y exhalo. No peleo, no lo resisto... sólo respiro. Estoy sentada, sigo respirando. Inhalación...exhalación.

Sensei Myriam


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