Meditando ayer entendí que somos el resultado de nuestros pensamientos y decisiones. Y somos la consecuencia de nuestras acciones. ¿Es mi esfuerzo más o menos dependiendo de la organización a la que pertenezco?. ¿Qué es lo que le da valor a mi esfuerzo sino mi esfuerzo mismo?. En la política como en muchas otras áreas de la vida hay quien intenta aumentar el valor de su trabajo asociándo-se a aquellos a los que considera de valor o poderosos. Hay quien llega al extremo de incluir como sus íntimos amigos a personas con las que ha cruzado palabras tan siquiera una vez en sus vidas. Ven su valor como personas de acuerdo a sus relaciones. Sin embargo, esto es un juego de niños y no es el comportamiento de quien sabe un poco más de la vida. Si fuéramos a depender de agencias externas para dar valor y significado a nuestras vidas seríamos como un barco de vela sin timón ni ancla. Sería llevado de un lado para otro de acuerdo a la condición de los vientos. Tendemos a ver qué valor se añade a mi vida por tal o cual organización. Sin embargo, te invito a considerar la misma circunstancia desde otra perspectiva. ¿Qué valor añado yo a a quellos que se relacionan conmigo y con quien escojo relacionarme?. ¿Qué traigo yo y qué aporto a esta nueva relación?. Esta es la otra cara de la realidad.
Y... , ¿ahora qué somos?. Lo que siempre hemos sido... Nuestro esfuerzo, nuestra entrega, nuestra disciplina, nuestro amor por el arte del Aikido.
Sensei Myriam
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