Estoy leyendo el último libro de Deepak Chopra cuyo tema es la paz. Y en un capítulo menciona la toxicidad de la nacionalidad. Podría pensar alguien que reconocer nuestras raices culturales y nacionales no tiene nada de malo. Y que por el contrario es necesario conocerlas y valorarlas. Estamos de acuerdo... en la idea general. Pero, la línea de pensamiento del autor es que si estas se usan para separar en lugar de admirar la gran diversidad de la humanidad se convierten en un veneno. Los excesos no son saludables. Tomemos por ejemplo el exceso de vitamina A, una sustancia necesaria para la salud de nuestro cuerpo, de tomarla en exceso aumenta la presión del liquido en nuestro sistema neuro espinal. Como consecuencia da tremendos dolores de cabeza y causa síntomas similares a los de un tumor en la cabeza. El remedio: no tomar vitamina de más.
La gran biodiversidad entre la raza humana es maravillosa. Lo mismo sucede en el reino animal y vegetal. Esa biodiversidad es resultado de la vida misma y tiene sus ciclos naturales de convivencia. No es cosa mala. Sin embargo, dentro de la escala más alta del reino animal donde nos encontramos...
usamos esa diversidad no para enriquecernos mútuamente sino para asesinarnos. Lo usamos para colocarnos en posiciones como la de ellos vs. nosotros. Y aquí comienza el conflicto y las guerras. ¿Por qué imponer nuestra visión?. ¿Por qué imponer nuestros estilos de vida?. ¿Por que imponer nuestra percepción de la realidad?. Por lo general hacemos ésto por motivos y razones ulteriores. ¿Qué ganancia obtengo de imponerme?. ¿Qué necesidad interna suplo?.
La razón más básica que se me ocurre pensar es... la de tener la razón. La de sentirme que YO estoy correcto. Pero, no me doy cuenta de que en esa dinámica si Yo estoy en lo correcto...
como consecuencia hago que otro esté en lo incorrecto...
La pregunta que me hago ahora es: ¿por qué necesito estar en lo correcto?... (continuará).
Sensei Myriam
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