martes, 8 de marzo de 2005

Un paso a la vez...

Ayer salí con una de mis estudiantes a repartir hojas de promoción del dojo. Lo hicimos caminando. Al terminar, regresaba sola a mi casa y mientras caminaba meditaba cómo se acortan las distancias un paso a la vez. Entré conciéntemente en la experiencia de caminar. Algo tan sencillo como llevar en formas alternas mis piernas hacia el frente permitió que llegara a mi casa. ¿Cuántos pasos me tomó?. No los conté. Posíblemente para alguien con piernas más largas que las mías le tomaría menos pasos. Para alguien más joven le tomaría menos tiempo. Pero, en realidad no es eso lo más importante. Al conectarme con mi cuerpo caminando experimenté el poder de un paso a la vez. De estar en el presente de ese paso que me toca dar ahora. En lugar de enfocarme en el lugar al que quiero llegar me asombraba lo importante que era estar ahí en el paso que estaba dando. En ese extender de un pie con su pierna ahora, seguido por el otro paso con el que alternaba. Recordé que así es que he hecho todo en mi vida. Atendiendo lo que tengo de frente, poniendo atención en lo que me toca hacer hoy llegué al nidan y a dojo cho. Mi próxima meta es hacer que el dojo crezca y llevar a mis estudiantes al shodan. En eso estoy trabajando como siempre lo he hecho... haciendo el trabajo diario y dando un paso a la vez.

Pronto les hablaré de mis estudiantes que se acercan al shodan...

Sensei Myriam

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