sábado, 3 de septiembre de 2011

De víctimas y victimarios....¿y qué tiene que ver con el Aikido? (2)

Tengo muchos recuerdos de mis primeras prácticas cuando como principiante muchos de los estudiantes seniors intentaban enseñarme y guiarme en la práctica. Sentí de muchos de ellos ese trato gentil y firme, en ambos aspectos de la práctica. Hacían sus controles efectívamente y sabían respetar cuando les indicaba golpeando el mat o mi cuerpo que ya era suficiente. Me enseñaron además a como acomodar mi cuerpo en la caida para hacerlo más seguro. Cuando eran uke, muchos de ellos sabían cuándo y cuánta resistencia hacer para ayudarme a entender donde mi técnica era débil. En otras ocasiones al recibir la técnica y hacer la caida la enseñanza se reforzaba cuando entendían cómo fluir con mi falta de experiencia. A todos ellos les debo mucho y estoy profúndamente agradecida.

Recuerdo también momentos no tan gratos cuando de parte de algunos compañeros había fuerza innecesaria. En algunos por desconocimiento por su condición de principiantes, en otros había algo más. Quizás ignorancia, insensibilidad, inmadurez o pura necedad. No siempre fueron los principiantes quienes carecían del entendimiento y el tacto, algunos seniors -pocos - carecían de la madurez y aún otros -menos - símplemente carecían de la visión y obsecádamente pensaban que hay una sóla forma de prácticar. Yo pensaba, "Deja que te alcance el almanaque", y sonreia. Recuerdo seminarios cuando entrenaba con compañeros la aceptación de algunos de la diferencia con deferencia y respeto. Y el desdeño o altivez con que otros entrenaban cuando practicaban con alguien menos experimentado o diestro.

Poco a poco continuaba la práctica y pasaban los años y aprendía a hacer la diferencia. Si, aprendía que aunque le debía respeto a mis seniors y maestros, más respeto me debía a mi y al arte. Hacía mi máximo, intentaba "la forma que se me enseñaba" aunque quien la enseñara era más joven, fuerte y medía más de seis pies. En silencio y en mi corazón visualizaba otra forma. No necesáriamente mejor, pero más acorde a mi necesidad y a mi cuerpo, además de lo que en el principio buscaba en el arte. Respeto a todos, pero principálmente a mi misma. Trabajaba conmigo misma siendo uke y siendo nage. Mostrando consideración a la persona que se prestaba a entrenar conmigo, y esperando la misma consideración de vuelta. No siempre fue fácil. Hubo controles excesivos y lanzamientos exagerados. Aprendí a dicernir con quien practicar y con quien no hacerlo. Aún hoy, sigo aprendiendo.....continuará.
mcr

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