sábado, 28 de julio de 2012

Disciplina ....

La palabra disciplina y discípulo vienen de la misma raiz, muy interesante e iluminador. La disciplina no nos encierra o limita como a veces pensamos. Por el contrario, la disciplina nos libera. Añade la lectura que la disicplina nos enseña a vivir y caminar en esta vida en reposo y con gracia. Habla de autocontrol y de proceso. Un proceso que nos enseña a reconocer nuestros límites y nos muestra la forma y  la dirección para superarlos. Con el tiempo comienzo a entender que no son límites externos los que me llevan a disciplinar mi vida, son más bien señales internas las que me guian a una vida balanceada y en armonía. ¿En armonía con qué?. Primero, conmigo misma. Y como consecuencia de este primer paso en armonía con lo que me rodea. No es la armonía del que sucumbe y cede a todo estímulo del exterior. Es la armonía del que conoce sus confines y márgenes y aprende a establecer barreras y límites saludables. 

mcr 

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